House no pudo dormir aquella noche. El hecho que una mujer, con un cuerpo escultural y también, de gran inteligencia, lo hubiese hecho dormir y más encima, se haya atrevido a romper su bastón, era algo que no le cabía en la cabeza. Aunque debía reconocer que era bastante bueno: al fin y al cabo, la vida está llena de sorpresas.
Así que, tomó el teléfono y llamó a Cuddy, sólo para asegurarse de un pequeño detalle.
- Aló.
- Dime, querida Lisa ¿Desde cuando te ha apasionado la velocidad?
- Hola House ¿Así que te gustó mi moto?
- ¿Sophie?
- Vaya, el trato mejora: ahora soy Sophie… Así que de verdad deseas que haga tus horas clínicas…
- Es un trabajo aburrido, monótono. En cambio, yo soy un hombre de acción.
- Debo reconocer que las horas clínicas son una lata, pero es lo que hay.
- No has contestado mi pregunta.
- La pregunta era para mi tía, pero te la responderé: La Chopper que viste es mía. Ayer llevé a mi tía, por haberme permitido alojar en su departamento, ya que aún no encuentro uno apropiado. ¿Conoces a alguien que trabaje en bienes raíces?
- Conozco a una, pero puedes pedirle a Wilson mayores datos: esa es la ventaja de divorciarte en buenos términos con tu ex.
- Mmm… le preguntaré, aunque eso de que sea su ex, es algo… pollerudo.
- Ni yo lo habría definido mejor.
- Entonces dime... ¿Por qué tanta curiosidad con mi moto?
- Ah eso: quisiera saber si, además de ser una modelo porno con cerebro, sabías correr.
- Conque modelo porno... vaya, que imaginación la tuya, hombre. Pero por ahora, confórmate con eso.
- ¿Y si me apuestas eso?
- Ah no, eso no: recuerda que ayer perdiste, por tanto, tendrás que soportarme en tu oficina, si es que también quieres un bastón nuevo.
- ¿Cómo demonios...
- No has nombrado el asunto, así que puedo suponer que pretendías que me olvidara del tema.
- Dime, eres real o sólo un delirio producido por mis queridas pastillas?
- Soy real, hombre. Y ya que me hablaste de pastillas... ¿Dormiste?
- No puedo hacerlo sin ellas.
- Mmmm... ya veremos. Entonces, el que pierda paga el desayuno?
- 7:30 A.M. en la Bajada del Diablo.
- Nos vemos
ºOºOºOºOº
A las 7:29 A.M. estaban ambos, preparados para competir: la Repsol y la T-Rex parecían ansiosas por saber quién sería es vencedor de este duelo.
- A la cuenta de tres. -Dijo House.
- Uno -comenzó Sophie, pero su compañero no la secundó.
- ¡Tres! -Y partió. Sophie aceleró al máximo, enfurecida por la trampa. Pero éste no sería un juego limpio si él no lo quiso así, pensó. Revisó su GPS y éste le indicó una vía más rápida y directa de llegar, exactamente, un minuto antes que House. La frustración de éste se hizo notar.
- No puede ser.
- Tú quisiste jugar sucio, así que atente a las consecuencias: quiero mi desayuno.
- No sé si alguien te lo dijo, pero yo sólo como chatarra.
- También yo, así que vamos: quiero mi chatarra.
La sonrisa de satisfacción de Sophie no se hizo esperar, como tampoco la respuesta de House.
- Eres una principiante, niñita. No sabes con lo que juegas.
- No me mires tan en menos: también sé jugar bien mis cartas.
Ambos se miraron fijamente, desafiándose a retirar la mirada del otro, pero ninguno lo hizo: la extraña conexión entre ambos, era un misterio bastante intrigante, que necesita encontrar una solución.
- Eres un ser bastante interesante, Sophie.
- Lo mismo pienso de ti. ¿Te parece que vayamos a desayunar? Tal vez ahí halles alguna pista.
- Vamos: necesito hacerme la idea que en unos pocos minutos, tendré que oír la chillona voz de tu querida tía. -Sophie se largó a reír y le ofreció el brazo a House.
- Necesitas afirmarte: recuerda que no tienes bastón.
- Tal vez no lo necesite. -Contestó, mientras le daba el brazo y dejaba correr su mano por el trasero de ella. La chica, sin inmutarse, comenzó a caminar.
- No tienes remedio. -Le dijo con una sonrisa.
- Lo sé: soy un caso médico digno de investigar. - Y entraron al hospital
ºOºOºOºOº
Ambos venían charlando animadamente luego del gran festín de chatarra que ambos devoraron. Y la apuesta, curiosamente, no corrió esta vez. Y no porque House haya elucubrado una treta para librarse de ella, sino porque Sophie se lo pidió. Y al parecer, más cosas salieron de aquella charla, pero ninguno de los dos hablaría más allá, sobretodo si al entrar a su oficina, encuentran a Cuddy, sentada, esperándolos. Al verlos del brazo, no pudo disimular su asombro ¿Qué encanto ejercía su sobrina sobre aquel extraordinario médico, que a pesar de tener un genio de los mil demonios, se hace irresistible a una mujer? (sorry, se me escapó lo fanática... en todo caso, me gustan los hombres inteligentes, con un carácter fuerte y por sobretodo, ojos de color... mejor será que deje de babear por mi novio y me concentre en la historia)
- Cuddy... que agradable festín para mi vista. - Dijo House, quién miraba los escotes de la Decano de Medicina. Sophie no pudo evitar reírse.
- Parece que alguien está falto de sexo... y no en solitario. - Dijo, pícaramente.
- ¡Sophie! -Gritó su tía.
- ¿Y dices que no eres una actriz porno? - House se dio vuelta para mirarla fijamente - ¿Y entonces, cómo se llegó a ensuciar tu dulce mente?
- ¿Quién dice que "alguien" me la ensució? Tal vez soy pícara por naturaleza... - Contestó inocentemente, mientras se acercaba cada vez más a él.
- ¿Te molesta si averiguo? -él rodeó su cintura con su brazo, mientras su mano, nuevamente se "dejaba caer" en la nalga de la chica.
- Me muero de ganas por saber. - Sophie se apegó al cuerpo de House, específicamente a su entrepierna y sus labios estaban cada vez más cerca, pero el momento fue abruptamente interrumpido.
- ¡YA BASTA! - Gritó Cuddy, descompuesta. - Sophie, ve a mi oficina AHORA. - Ella se despegó lentamente de él y salió del lugar. House, sin embargo, iba a sentarse en su escritorio, pero ella se lo impidió.
- ¿Crees que es una prostituta?
- No: es una doctora talentosa y con muy buena figura. Y definitivamente, es una competencia digna para mí.
- Entonces, si vas a jugar, por favor ten cuidado de no herirla.
- Hey: ella es bastante grandecita como para decidir. Creo que estás malentendiendo todo.
- ¿Ah sí? - Le preguntó desafiante.
- ¿No te parece demasiado raro que exista alguien tan... parecida a mi?
- Si siguen así, pronto descubrirás que ambos son iguales. - Dijo ella, entre dientes.
- ¡Excelente! Déjame averiguarlo y luego, volveré a ser mismo de siempre.
- ¿Y qué pasaría si lo que ella necesita es volver a confiar, a ser fuerte cuando en realidad no lo es?
- Tampoco pretendo involucrarme en algo... sentimental.
- Creo que ella tampoco... pero será mejor que no jueguen a nada.
- Me verás soltero como siempre, mi querida Lisa. - House hizo el juramento de los Boy Scouts y Lisa lo miró cansinamente, como si le estuviera diciendo "No tienes remedio, House". Salió de la oficina y el doctor se sentó en su puesto de siempre, encendió la radio y se puso a jugar con su pelota. La chica terminaría por volverlo loco.
Y empieza la tensión sexual... ¿Es House tan egoista como para mantener una relación consigo mismo en versión femenina? La verdad es que no conozco las relaciones del doctor con las mujeres en la serie.
ResponderEliminarEra de esperar. Pero esto de seguro que no acabará aquí. House no puede salir con House, no se aguanta ni él mismo.
ResponderEliminarMe ha encantado lo de la carrera de motos.
Un capítulo genial.