Dos nuevas velas. Dos nuevos mundos hechos con pedazos de otros. Ese era el reto para las llamas y solo tres acudieron al desafío.
La oscuridad de la habitación se hace asfixiante. Tantas velas, tantos universos, todos diferentes, y yo sigo aquí, solo, como un mero vigilante, viendo como ellos evolucionan y yo sigo estancado en el tiempo.
Y lo peor es que, pese al calor de las llamas, mi corazón sigue helado.
Debo ponerme a la acción.
Debo encender mi propia llama para buscar mi senda. Y los Crossovers serán mi primer paso.
jueves, 2 de julio de 2009
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